Tras la crisis
económica que desde hace algunos años lleva haciendo estragos en España, para el
sector de la construcción, altamente perjudicado tras el estallido de la burbuja
inmobiliaria, la única opción para estas empresas era renovarse o morir. Para
ello, estas empresas han ido destinando una parte de sus ingresos, cada vez
mayor, en el mercado internacional. Este hecho ha sido posible gracias a la
globalización.
Podríamos definir la globalización como un proceso a gran escala, consistente en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo, unificando sus mercados, sociedades y culturas a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.
Podríamos definir la globalización como un proceso a gran escala, consistente en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo, unificando sus mercados, sociedades y culturas a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.
Este proceso
no solo se reduce a la deslocalización de las empresas, la telematización y la
sectorización de determinados trabajos. La globalización en sí misma es un
proceso continuo y dinámico, principalmente dado en sociedades democráticas y
capitalistas que han abierto sus puertas a la revolución informática.
Dicho desarrollo de los medios de comunicación y transporte, concediendo especial importancia a Internet, ha posibilitado el intercambio cultural y étnico entre países, lo cual nos permite conocer mejor otras formas de pensar y actuar, alejándonos de los estereotipos, el racismo y los prejuicios. Nos hace formar y sentirnos parte de ese todo conformado por la comunidad global.
En conclusión, debemos aprovechar las ventajas que nos brindan los mercados y los avances en los medios de comunicación y transportes para conocer la cultura de otros países, haciéndonos conscientes de que en la sociedad de la que ahora formamos parte impera el “todos a una”; pero no por ello, debemos dejar que nos seduzca la idea de ser “ciudadanos del mundo” hasta el punto de perder las diferencias que nos aportan las características de nuestro país, dándonos una identidad solo nuestra.
Debemos avanzar hacia el futuro, sin olvidar de donde venimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario