lunes, 4 de junio de 2012

Independencia de la mujer: ¿causa o remedio ante el maltrato?

“Independencia económica y educación, claves para luchar contra la violencia doméstica. En España, el maltrato a mujeres con estudios universitarios es menor que en el resto de los grupos”. Comenzamos este comentario con una pregunta: ¿la independencia de la mujer es la causa o el remedio ante la violencia de género?


Tras la rápida y progresiva incorporación de las mujeres al mercado laboral durante el período de la sociedad industrial se produce una alteración en la estructura familiar, con una importante necesidad de restructurar los roles pre-fijados durante generaciones. La perplejidad del hombre ante la nueva situación que presenta la mujer favorece las dificultades de establecer nuevas relaciones entre ambos, produciéndose así, la violencia de género, como un intento por parte de estos de recuperar el control sobre ellas.


Sin embargo, la noticia nos plantea que las claves fundamentales para luchar contra la violencia de género son la independencia económica y la educación, pues se demostró que existía un porcentaje menor de mujeres agredidas entre las que tenían estudios superiores. No solo porque así sean aptas para desempeñar un trabajo, sino que además les aporta seguridad y convicción a la hora de defender sus derechos y valores.

Los roles son construcciones sociales que deberían estar basados en una educación orientada a desarrollar habilidades que capaciten tanto a los hombres como a las mujeres para asumir las tareas y responsabilidades familiares y desempeñar dichos papeles, en especial, el parental dirigido a cubrir las necesidades físicas, psicológicas y sociales de los hijos.

Dichos roles están cambiando de forma vertiginosa, y es que a diferencia de la mujer, que se ha introducido en el mundo laboral muy rápido, el hombre no se ha “introducido” a las tareas domésticas con la misma profundidad y rapidez. Esto precisamente es lo que causa la diferencia de roles, constatándose entonces una sobrecarga de trabajo familiar sobre la madre.

Muchos estudios demuestran que la igualdad o superioridad de los estudios de la mujer frente a los de su pareja, favorece la igualdad entre ambos miembros. Lo ideal sería que hombres y mujeres repartieran sus responsabilidades dentro y fuera del ámbito familiar de forma equitativa, lo cual a su vez contribuye al, cada vez más cercano propósito de ser considerada como una igual y no una subordinada.


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