martes, 8 de mayo de 2012

Nuestro amigo, el sindicato

“Anuncian manifestación por condiciones precarias en sector público. Participarán alrededor de mil 500 personas en la movilización. La movilización que saldrá de Plaza Juárez a Plaza de Armas y participarán integrantes de la FGTEM, en conjunto con el Centro Jalisciense del Adulto Mayor Inmigrante”.


Un sindicato es una organización integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses sociales, económicos y profesionales relacionados con su actividad laboral; respecto al centro de producción o al empleador con el que están relacionados contractualmente.

Sindicato proviene de la palabra síndico, que es el término que empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio; protector. De ahí se extrajo la designación a aquellos que son elegidos por una comunidad o corporación para cuidar de sus intereses.

Precisamente, los sindicatos surgieron por causa de la indefensión que sentía la clase obrera ante la flagrante violación de sus derechos. Estos tratan de alcanzar el bienestar de sus miembros, asegurando condiciones dignas de seguridad e higiene laboral, garantizando de esta forma y hasta nuestros días la paz social.


Los sindicatos aportan grandes beneficios a la sociedad, ayudando a mejorar las condiciones de los trabajadores en materia de sueldos, horarios, seguridad etc., permitiéndoles ser tratados de mejor manera y contar con derechos. Sin embargo, entre las desventajas encontramos a ciertos grupos en los que se genera un fuerte odio hacia la empresa por parte de algunos colectivos de trabajadores extremistas, que pueden dar lugar a enfrentamientos alejados completamente de la verdadera misión del sindicato.

También existe un conflicto de intereses en los métodos de presión y negociación utilizados por los sindicatos. Un ejemplo muy actual, es la organización de huelgas generales para protestar por los recortes que el Gobierno está llevando a cabo contra el Estado del Bienestar, reduciendo una gran cantidad de beneficios y prestaciones sociales en un intento por mejorar la situación de crisis.


Cierto es que la huelga es un derecho de cualquier trabajador para reivindicar una serie de derechos, pero en la situación que estamos viviendo, puede que no sea la medida más eficaz. Las huelgas generales, al provocar el paro masivo en todo el país, sacuden fuertemente la economía de este y también la de los mercados internacionales. Este estancamiento no viene precisamente bien a nuestra economía actual, por su ya de por sí atraso.

Por tanto, aunque debemos luchar por nuestros derechos laborales, derechos por los que nuestros antepasados lucharon en la búsqueda de unas condiciones mejores de trabajo; debemos reconsiderar si una huelga general realmente nos reportará algún beneficio o si sólo hará más mella en una economía bastante tocada de antemano.


El precio del Estado del Bienestar

“Se cuestiona la forma de gestionar y financiar el Estado del bienestar. El consejero de Hacienda asegura que “las políticas de inversión pública serán mucho menos ambiciosas”.

El Estado del Bienestar es un concepto de las ciencias políticas y económicas con el que se designa un modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado como sistema, asume la responsabilidad del bienestar de los ciudadanos, encargándose de proveer ciertos servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país. Según Marshall, se trata de una combinación especial de democracia, bienestar social y capitalismo.


El problema surge cuando nos encontramos en períodos de crisis, como el actual, por lo que estos servicios y garantías de los que nos provee el Estado se ven reducidos por la recesión económica. Esta disminución del Estado del bienestar viene dada por los recortes económicos que el Estado reparte a las comunidades autónomas, la reducción de las prestaciones sociales y el descontento general de la población. Ante la situación de reducir la financiación del Estado del Bienestar, se nos plantea la disyuntiva entre continuar manteniendo dicho sistema o elaborar alguna otra alternativa mejorada.


A favor de este, nos encontramos las ventajas relacionadas con el Estado del Bienestar. Los propios votantes en la mayoría de los países democráticos favorecen la extensión gradual de la protección social, pues la mayoría de los sistemas del bienestar se basan en patrones del intercambio generalizado, fomentando de esta forma, el altruismo. Las medidas sociales llevadas a cabo por el Estado previenen los posibles fallos de mercado. Podemos observar como se trata del único modelo que ha demostrado en la práctica una capacidad de desarrollo tanto en crecimiento económico como en cohesión social, necesarios para garantizar el orden democrático y el buen funcionamiento de la sociedad.


En contra de este, nos encontramos los inconvenientes que nos muestran la otra cara del Estado del Bienestar. El capitalismo se convierte en la ley de la jungla de este sistema, donde una parte de la sociedad, bajo unos lemas social y políticamente correctos, vive a expensas del resto de la sociedad, estableciéndose así más un oligopolio que una democracia. Mientras que por un lado se ensalza la diversidad, por otro lado esta es reprimida, ya sea por la estandarización de la educación (primaria, secundaria y superior) o por los medios de comunicación masivos; lo cual convierte a la sociedad en una especie de “cadena de montaje” de personas a imagen de los designios del Estado.

Es por ello, por lo que algunos establecen que el Estado del Bienestar se trata de una falacia, ya que si individualmente los ciudadanos no pueden permitirse un determinado nivel de bienestar, no existen alicientes para que sí puedan hacerlo de forma colectiva.


Cómo afrontar los conflictos

“Realizan importantes anuncios en busca de solución de conflicto social de Freirina. Las autoridades anunciaron una histórica e inédita revisión del Estudio de Impacto Ambiental de la Planta agroindustrial que estaría generando malos olores en las cercanías de la comuna de Freirina”. Como podemos ver en esta noticia y como ya hemos comentado anteriormente, los conflictos surgen de forma inevitable ante la confrontación de intereses dispares.

Sin embargo, a pesar de que otros opinen que es un desgaste de energía y una fuente de disolución, el conflicto no es algo ni bueno ni malo en sí mismo, depende enteramente de la dirección hacia la se oriente. De hecho, en las empresas interesadas en fomentar la inteligencia emocional de sus miembros, se fomentan precisamente situaciones de conflicto funcional, pues ven en el desarrollo de capacidades para resolverlos, otra forma de progresar.


Existen muchas formas de resolver un conflicto, algunas mejores que otras. Procedemos a analizar algunas:

  • Evitando el problema: hay personas que piensan que eludir las situaciones susceptibles de generar conflictos es la mejor solución (no puede afectarme si ni siquiera existe). En nuestra opinión, se trata de una actitud infantil y poco productiva, al cabo. El conflicto ya existe, si ya ha sido detectado y se intenta evitar, por lo que dicha actitud es una mera negación de la evidencia y evasión de la responsabilidad.
  • Imponiendo una solución: hay personas que consideran su punto de vista como el único y verdadero, por lo que llevarán a cabo acciones de todo tipo para que este se ejecute, incluyendo la violencia. Dicha postura es sancionada y reprobada por múltiples razones, entre las que destacamos impedir la libertad de obrar de otras personas y la falta de consideración hacia las opiniones de los demás, a raíz del egoísmo.
  • Condescendiendo: esta forma de proceder es todo lo contrario a la que acabamos de ver. Demuestra una actitud pasiva y excesivamente permisiva, cediendo ante las demandas del otro. Al igual que no debemos avasallar, no debemos dejar que nos avasallen.
  • Llegando a un compromiso: postura similar a la vista en el primer punto. Al igual que no debemos fingir que el problema no existe evitando posibles situaciones conflictivas, alargar la materialización del conflicto no lo elimina, sino que lo pospone para un futuro en el que entonces, puede haberse hecho mayor y complejo, entrañando más dificultad para su solución.
  • Negociando: personalmente, este es quizá, el mejor método para solventar un problema, pues se llega a ese equilibrio tan ansiosamente buscado, cediendo en una parte para obtener en otra, y tratando de lograr que las partes estén conformes. Negociar implica ser poseedor de respeto, tolerancia y racionalidad, aspectos de vital necesidad para la convivencia en sociedad.



El conflicto social en el mundo empresarial

“El árbitro del conflicto entre Iberia y los pilotos pide una prórroga. El mediador ve el conflicto demasiado complejo para solventarlo en 15 días. Su laudo será de obligado cumplimiento para la aerolínea y sindicato”.

¿Qué es el conflicto? Es una situación en la que dos o más individuos que tienen intereses contrapuestos, entran en confrontación, para lograr así la consecución de los objetivos que la motivaron.

¿Por qué surge el conflicto? A pesar de que existen muchas teorías, no se sabe con exactitud. Lo que podemos establecer es que el hombre es un animal social y como tal, ante una determinada situación que le inquiete, puede responder de una forma agresiva o exagerada emocionalmente. Y precisamente, por ser el hombre un animal social, el conflicto debe estudiarse siempre desde esa misma dimensión.



¿Cómo estudiar el conflicto social? Estos pueden verse desde diferentes puntos de vista:

  • Están los que ven al conflicto como un riesgo, pues lo consideran disfuncional para la situación de las sociedades, organizaciones y grupos, que tienden a la estabilidad.
  • Están los que ven al conflicto como un impulso, pues consideran que este estimula el cambio y el avance social dentro de una sociedad basada en estructuras desiguales que irremediablemente generan conflictos, normalmente producidos por el desarrollo tecnológico, con los consiguientes desajustes en el sistema productivo.
  • Están los que ven al conflicto como una selección, pues en la constante lucha competitiva que se da entre diferentes sociedades, solo podrá sobrevivir aquella que mejor sepa adaptarse .


El ejemplo que hemos planteado con esta noticia, se trataría de un conflicto relacional, que podríamos calificar como intra-organizativo (a pesar de que percibimos en él ciertos rasgos de un conflicto estructural). Las organizaciones son sistemas tendentes al equilibrio. Sin embargo, estas se enfrentan de forma constante a situaciones de conflicto (cambios tecnológicos, cambios políticos, crisis económicas, etc.), las cuales generan toda una serie de consecuencias (desajustes en los sistemas de autoridad, desajustes entre la organización y producción, inseguridad de los trabajadores, etc).


Existen muchas maneras de resolver estos tipos de conflicto, pero creemos firmemente que la mejor manera de hacerlo es negociando, llegando a un acuerdo en el que todos cedamos un poco para lograr nuestras pretensiones (o al menos, parte de ellas), teniendo en cuenta que en el ámbito empresarial, las decisiones que se tomen afectarán de forma colateral a muchas personas.

Por desgracia, también hay ocasiones en las que se impone la violencia y la beligerancia intrínsecas a la naturaleza humana, las cuales causan, si cabe, más problemas de los que solucionan a precios mucho más altos para todas las partes. Por ello, resulta tan importante el diálogo y el resolver los conflictos de forma pacífica y tolerante.


En la unión está la fuerza

“Alianza de empresas solidarias. Tras varios meses de trabajo y aportes privados, un grupo de damnificados de Soacha tendrá hogar”. Lo primero es lo primero. ¿Qué es una alianza empresarial?

Una alianza entre empresas es la asociación de dos o más personas físicas o jurídicas, con el objetivo de generar de forma conjunta proyectos distintos a los que suelen hacer por separado. Esta es una iniciativa muy propicia en tiempos de crisis como los que vivimos ahora, pues con la escasez de recursos y empleo, el crecimiento de una pequeña empresa sin socios o aliados se convierte en una tarea muy difícil.


Estas asociaciones permiten a los participantes crecer de otras formas mediante la combinación de recursos. Las ventajas para ambas partes es que reducen los riesgos y los costes de ambas, eliminan competidores, desarrollan sus ventajas competitivas y logran economías de escala. Antes, quienes se beneficiaban al asociarse con otras entidades eran las grandes empresas, pero hoy día, las PYMES no se han quedado atrás. Actualmente, el 25% de los ingresos de las empresas europeas y americanas provienen de alianzas estratégicas.

Valoramos el rendimiento de una alianza empresarial comparando el todo resultante de la asociación con la suma de las partes. Solo cuando el resultado del todo es superior, se comprueba como la simbiosis entre ambas empresas ha dado su fruto, hecho que suele darse generalmente. El hecho de que dos o varias instituciones decidan aliarse implica que han dejado a un lado sus diferencias, sus prejuicios y su egoísmo, en favor de encontrar la afinidad y la complementariedad entre ambas, que es desde donde parten los objetivos y beneficios comunes.



En resumen, podríamos decir que las asociaciones entre empresas resultan altamente lucrativas, y más aún si esas empresas hermanadas son ONGs, pues al ser su actividad sin animo de lucro, al pactar un fin común abarcan retos más grandes de los que podrían ellas solas, lo cual les reporta grandes cantidades de ayudas económicas por parte de los Estados, reduciendo sus cargas sociales y accediendo a las últimas tecnologías.

La empresa como estructura simple

“Alemania: flexibilidad para la pequeña empresa. La ley germana restringe el despido procedente a tres causas. Alrededor de un 10% de las personas despedidas en Alemania recurren a los tribunales laborales”.

En la siguiente noticia que procedemos a analizar, vemos como el Estado alemán establece leyes con el fin de proteger a los trabajadores de los despidos improcedentes, medida que afecta sobre todo a las PYMES, el tipo de empresa que más abunda en todos los países.

Solo en España, este tipo de empresas representa el 90% del total de las empresas españolas. Por tanto, tienen mucha importancia, tanto social como económicamente, porque de ellas dependen muchas familias, pues entre otras cosas, les proporcionan trabajo; y porque ellas son las que aportan el mayor porcentaje de contribución al PIB. Además, es la organización que tienen todas las empresas en sus inicios.


Se diferencia entre pequeña y mediana empresa según el número de trabajadores y el volumen de facturación. Por ello consideraríamos pequeña la empresa con menos de 50 trabajadores y un volumen de ventas en torno a los 5 millones de euros al año, y mediana la empresa que tiene entre 50 y 250 trabajadores y un volumen de ventas entre 5 y 10 millones de euros al año.

Este tipo de empresas se caracteriza por una estructura simple. Se sitúan en un entorno concreto y muy dinámico, por lo que en la empresa se realizarán tareas con débil división del trabajo, destinadas a la fabricación de productos sencillos, sometidos a fuertes cambios. La coordinación de tareas se realiza mediante supervisión directa.

El pequeño número de empleados favorece la existencia de una organización más flexible y la mejor integración del personal. Aprovechan los vacíos del mercado que dejan las grandes empresas desarrollando los mercados intersticiales. Tienen poca capacidad financiera, por lo que disponen de más recursos de trabajo que de capital, convirtiéndose así en creadoras de empleo.

Advertimos que en estas empresas existe muy poca formación empresarial (el empresario se mueve más por impulsos que por una formación adecuada). Además, no dispone de departamentos de asesoramiento (staff) y debe lidiar con un sistema técnico poco sofisticado, fruto de la obsolescencia tecnológica.


El nacimiento de medidas como la que vimos en un comienzo, surgen debido a que las PYMES se caracterizan por una fuerte centralización del poder (normalmente en el empresario director), y algunos empresarios pueden aprovecharse de dicha situación despidiendo a sus empleados por razones que no están del todo definidas.


lunes, 7 de mayo de 2012

La entrega de acciones a los trabajadores

“Las sociedades laborales, aquellas en las que los trabajadores controlan más del 51% del capital, son una opción que está logrando aguantar mejor la crisis gracias a su superior flexibilidad. Josetxo Hernández defiende una mayor participación de los trabajadores en las empresas”.

En nuestra opinión, es una interesante medida a adoptar en estos tiempos de crisis. Existe una necesidad imperiosa de un cambio estructural y de mentalidad, añadido a la falta de emprendedores y buenos gestores, lo cual hace que nos encontremos estancados.


Podemos afrontar muchas nuevas alternativas que renueven el concepto de nuestra economía, el cual parece estar ya un poco gastado. Para ello, debemos hacer más flexibles y competitivas nuestras empresas, y como ya vimos anteriormente, la mejor forma de hacerlo es aumentar nuestro desarrollo tecnológico, mejorar nuestra forma de producción y comenzar a vender cada vez más a países extranjeros.

Algunas empresas, han sindicado sus acciones para que sus participaciones se gestionen como un grupo conjunto. Así, los trabajadores al disponer de una pequeña parte de las acciones (por lo general, no superior al 2%) formarán un colectivo de gran peso a la hora de tomar decisiones, teniéndose en cuenta así la voz y voto de los trabajadores, y la implantación de acuerdos de forma más rápida.


Aunque los trabajadores son accionistas de la empresa donde trabajan, no deben olvidar que, como accionistas, sus intereses son la rentabilidad de sus inversiones a largo plazo. Sin embargo, como hemos visto anteriormente, quienes finalmente toman las decisiones en la empresa son los directivos, y estos buscarán únicamente su propio beneficio.

Por ello, para los accionistas, la idea de que el control de la organización lo lleve la dirección empresarial no es un aspecto deseable, por lo que estos tratarán de conservar el control final de la misma como sea.


La separación entre propiedad y control empresarial

“La relación entre propiedad y control, a examen. Blindajes: una enmienda ‘incongruente y anacrónica’. A bote pronto, la intención del Gobierno de eliminar las cláusulas que algunas empresas tienen en sus estatutos limitando el derecho de voto de los accionistas, podría parecer un empeño loable”.


Según la noticia que procedemos a comentar, dicho de una forma más simple, el Gobierno español pretende eliminar unas determinadas cláusulas que los estatutos de algunas empresas disponen. Dichas cláusulas regulan la participación de los accionistas en la toma de decisiones de la empresa, lo cual en un principio parecía beneficioso, pues se evitaba de esta forma que los socios mayoritarios “ejercieran un poder de decisión preponderante” frente a los demás.

Sin embargo, estas limitaciones del voto se han ido convirtiendo en un método de defensa de algunos directivos ante inversores en potencia que pretenden adquirir una considerable parte de las acciones. De esta forma, los directivos se aseguran así de no perder el control en la toma de decisiones de la empresa.

Es a esto lo que llamamos separación entre la propiedad y el control de la empresa. En una empresa, encontramos un consejo de administración y un director general, que son quienes toman las decisiones y gestionan la empresa; y un conjunto de accionistas. El conflicto de intereses se produce entre ambos cuando persiguen objetivos distintos.


Mientras que los accionistas buscan la maximización de los beneficios de la empresa (por lo cual, el valor de sus acciones aumenta), los directivos buscan la maximización del tamaño de la empresa (por lo cual, generalmente, aumenta su salario). Es por ello, por lo que la mejor solución es que directivos y accionistas lleguen a algún tipo de acuerdo, en el que satisfagan los intereses de ambos.


La formalización de la organización informal

Una empresa es una organización, institución o industria, normalmente integrada por personas que persiguen unos fines económicos o comerciales. Al estar integrada por personas, la empresa pasa a convertirse en un nuevo ámbito donde estas se interrelacionan y socializan. Es por ello por lo que cabe destacar una doble organización producida simultáneamente entre los individuos que forman parte de dicha empresa. Se trata de la organización formal y la organización informal.


La organización formal está basada en una división racional del trabajo entre sus participantes, siguiendo una serie de criterios prescritos por los reglamentos y políticas explícitas de la empresa, para asegurar la cooperación necesaria para el cumplimiento de los objetivos a cumplir. Esta formada por la organización en línea y los órganos de staff. Dicha organización está representada en el organigrama.

No obstante, la organización informal es la que surge de forma espontánea y natural entre los miembros de la empresa a partir de las relaciones de amistad, de antagonismo o de grupos informales no establecidos en el organigrama. Surge de las relaciones e interacciones impuestas por la organización formal para el desempeño de los cargos, pero suele ser más gratificante para los trabajadores por estar hechas a voluntad por ellos mismos. Dicha organización está representada en el sociograma.


Esta noticia surge de la necesidad, tanto del individuo como de la institución, de organizarse y comunicarse. Es importante observar que la empresa moderna es una composición social de seres humanos y que es preciso complementar la organización formal con la informal, de manera que las actitudes y aptitudes de los individuos se organicen e interrelacionen de la manera más eficiente posible.

Para alcanzar el equilibrio entre ambos tipos de organización debemos aportar lo mejor de cada uno. Puesto que la organización informal comprende todos aquellos aspectos del sistema que no han sido planeados, ofrece la posibilidad de desarrollar funciones innovadoras no previstas por la organización formal. Y puesto que la organización informal puede plantear algunas desventajas (como la resistencia al cambio, los conflictos de funciones, los rumores malintencionados, etc.) es preciso que la autoridad correspondiente, dispuesta por la jerarquía formal de la empresa, establezca medidas recordar los objetivos.


Como estamos hablando de seres humanos, con una necesidad innata de estar en sociedad, el factor esencial para controlar y conducir las relaciones (formales e informales) que se establecen entre los individuos hacia la consecución de los objetivos de la empresa, será siempre la comunicación, hacia todas direcciones.


Las consecuencias indeseadas de la burocracia

“La burocracia retrasa por séptimo mes la rehabilitación de Baroña. Un informe de Conservación da Natureza parece ser el último obstáculo”. En esta noticia que procedemos a comentar podemos observar como la rectitud y la inflexibilidad de los procedimientos burocráticos, retrasa y prorroga una subvención que hace tiempo se debería haber cumplido.

La burocracia es una organización o estructura organizativa caracterizada por procedimientos explícitos y regularizados, división de responsabilidades y especialización del trabajo, jerarquía y relaciones impersonales. Podría definirse como un conjunto de técnicas o metodologías dispuestas para racionalizar la realidad exterior, con el fin de estandarizarla o uniformarla. Entre los ejemplos de las burocracias cotidianas se pueden contar las pertenecientes a instituciones del Estado, hospitales, tribunales, iglesias, escuelas, ejército y las empresas, ya sean públicas o privadas.

Hoy en día, la burocracia adquiere una gran importancia, ya no solo en el desarrollo de las funciones del Estado, sino también en las corporaciones y grandes empresas, debido al desarrollo y especialización del trabajo que han experimentado estas. En el caso de que no existieran las externalidades y disfunciones características de este sistema, podríamos destacar numerosas ventajas de la burocracia, tales como: la racionalidad, la disciplina y orden, la precisión en el trabajo, la rapidez en las decisiones, la eficiencia y productividad, la uniformidad de rutinas y procesos, la reducción de fricciones personales, la confiabilidad por la previsibilidad de circunstancias, la continuidad de la organización, más allá de las personas, etc.


Sin embargo, pese a todas las ventajas que la burocracia presenta, no estamos frente al modelo ideal de organización que, gracias a Weber, desarrolló de los conceptos organizacionales clásicos. Sin ir más lejos, esta noticia es uno de los muchos ejemplos que demuestran como la burocracia real será menos óptima y efectiva que su modelo ideal.

Aparecen entonces las llamadas disfunciones burocráticas, que son consecuencias imprevistas e indeseadas que conducen al modelo a la ineficiencia e imperfecciones. Algunas de ellas son:
el exagerado apego a los reglamentos, el exceso de formalismo y papeleo, la resistencia al cambio, la adherencia exagerada a las rutinas y procedimientos, la rígida jerarquización de la autoridad, la dificultad en la atención de clientes, etc.


No obstante, aunque la organización burocrática entrañe algunos aspectos negativos que pueden causar algunos problemas de "papeleo" y el tedio de los trabajadores ante la rutina, son precios que se deben pagar por la eficacia técnica de las organizaciones burocráticas.


La evolución del trabajador en la empresa

“Apple y Foxconn prometen cambios en las condiciones laborales de sus trabajadores. Se produce en respuesta a las críticas sobre la política empresarial de Apple. El nuevo acuerdo podría tener un efecto sustancial en el sector. Mejorarán los sueldos, vigilarán las horas extras y supervisarán la seguridad”.

Si echamos la vista atrás, observamos que durante la Revolución Industrial se incrementó la producción y la acumulación de bienes y capital, acelerándose a su vez los negocios y los convenios. Todo este período fue muy favorable para los empresarios y los propietarios del capital.


Sin embargo, no podemos decir lo mismo de la clase obrera, la cual había adquirido su conciencia de clase precisamente por lo precaria que era la situación de todos sus miembros en su absoluta mayoría. El trabajo se consideraba un factor más de la producción, otro bien que se podía vender y comprar; por lo que los trabajadores se vieron explotados por la burguesía. Para colmo, predominaba la filosofía política del “Laissez Faire” la cual dio como resultado una escasa o inexistente actividad por parte de los gobiernos para proteger los derechos los trabajadores.

Entonces comienzan a sucederse una serie de movimientos sociales que denunciaban abusos de las empresas industriales en perjuicio de los trabajadores, las cuales se tradujeron en huelgas y manifestaciones populares que fueron respondidas con represión. No obstante, se comenzaron a modificar las condiciones laborales de forma paulatina.


Tras muchos avances posteriores, situándonos en el siglo XXI, podemos observar la transcendencia de los cambios estructurales ocurridos durante los últimos años en el mundo. Gracias a los descubrimientos científicos del siglo XX, al modelo económico de la globalización y el proceso de cambio que experimenta actualmente el mundo del trabajo (tanto en la formación y aptitudes de los trabajadores como en las condiciones laborales), se producen nuevos modelos y figuras a un ritmo vertiginoso.

Existe un claro cambio, ya sea en términos de poder de compra o en condiciones de salario en comparación con las etapas anteriores. Los trabajadores han pasado de ser obreros con una baja o nula preparación a convertirse en trabajadores cualificados.


Sin embargo, debido a la formación en cadena que se realiza en los centros educativos, se produce un exceso de oferta de dichos trabajadores. Además, la cada vez mejor preparación de los empleados, provoca una sobrecualificacion en los puestos de trabajo. Estos hechos forman parte de los factores provocan los períodos cíclicos de recesión económica, con un aumento considerable de la tasa paro, en este caso.


Directivos: en busca de la clave del éxito

“Tim Cook, mejor valorado como jefe que Steve Jobs por los empleados de Apple. Cook tiene la nota más alta de todos los directivos de empresas tecnológicas, de hecho más que cualquier director ejecutivo de los EE UU con un 97%. Son datos de Glassdoor, una base de datos que recoge información compartida de forma anónima por los trabajadores sobre sus jefes y empresas”.

Leyendo esta noticia comprendemos lo importante que es el buen funcionamiento del rol de director para una empresa. Resulta casi un arte alcanzar el equilibrio entre la consecución de los objetivos de la empresa y mantener de forma constante la motivación y productividad de los empleados, sin dar de lado nuestro bienestar y autorrealización en nuestro puesto de trabajo.


Tradicionalmente, se ha señalado que las funciones que realizan los directivos de una empresa son planificar, organizar y controlar las actividades que se desarrollan en la misma. Sin embargo, observamos en la práctica, como los directivos realizan tareas difícilmente encuadrables en las tres antes descritas.

Mintzberg, profesor académico internacionalmente reconocido, autor de varias publicaciones sobre negocios y gestión, señala que los roles directivos (es decir, las funciones que estos desarrollan) son diez en total. Destaca que el directivo está investido de una autoridad formal que le confiere un estatus o posición social.

Estos roles se dividen a su vez en tres bloques: roles interpersonales (roles de cabeza visible, líder y enlace), roles informativos (roles de monitor, difusor y portavoz) y roles decisionales (roles de empresario, gestor de anomalías, asignador de recursos y negociador).



Un director de empresa tiene sobre sus hombros un gran número de responsabilidades, que unido a la posible ambigüedad del cargo, genera cierta inseguridad, preocupación y estrés. Es por ello que una de las características principales que ha de tener un director de empresa es las ganas de superarse, siempre desde un punto de vista positivo, tratando de alcanzar la situación de equilibrio en un principio mencionado.

Para alcanzar dicho equilibrio, lo mejor es saber fijar objetivos claros y relevantes, reconocer los logros y corregir las deficiencias. Hay que saber felicitar cuando sea preciso, del mismo modo que hay que señalar en qué áreas se puede mejorar, siempre con un tono constructivo.


Algunas personas, más que otras, tienen una disposición natural al liderazgo. Un buen líder debe proponer la visión y la misión de la empresa, fomentando una serie de valores que constituyen la cultura de la empresa; ya que fomentándola con una adecuada comunicación, facilitará que los objetivos organizacionales se integren con los objetivos individuales de los integrantes de la empresa.