Una alianza
entre empresas es la asociación de dos o más personas físicas o jurídicas, con
el objetivo de generar de forma conjunta proyectos distintos a los que suelen
hacer por separado. Esta es una iniciativa muy propicia en tiempos de crisis
como los que vivimos ahora, pues con la escasez de recursos y empleo, el
crecimiento de una pequeña empresa sin socios o aliados se convierte en una
tarea muy difícil.
Estas asociaciones
permiten a los participantes crecer de otras formas mediante la combinación de
recursos. Las ventajas para ambas
partes es que reducen los riesgos y los costes de ambas, eliminan competidores,
desarrollan sus ventajas competitivas y logran economías de escala. Antes, quienes
se beneficiaban al asociarse con otras entidades eran las grandes empresas,
pero hoy día, las PYMES no se han quedado atrás. Actualmente, el
25% de los ingresos de las empresas europeas y americanas provienen de alianzas
estratégicas.
Valoramos el
rendimiento de una alianza empresarial comparando el todo resultante de la asociación
con la suma de las partes. Solo cuando el resultado del todo es superior, se
comprueba como la simbiosis entre ambas empresas ha dado su fruto, hecho que
suele darse generalmente. El hecho de que dos o varias instituciones decidan
aliarse implica que han dejado a un lado sus diferencias, sus prejuicios y su
egoísmo, en favor de encontrar la afinidad y la complementariedad entre ambas,
que es desde donde parten los objetivos y beneficios comunes.
En resumen, podríamos decir que las asociaciones entre empresas resultan altamente lucrativas, y más aún si esas empresas hermanadas son ONGs, pues al ser su actividad sin animo de lucro, al pactar un fin común abarcan retos más grandes de los que podrían ellas solas, lo cual les reporta grandes cantidades de ayudas económicas por parte de los Estados, reduciendo sus cargas sociales y accediendo a las últimas tecnologías.
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