El
Estado del Bienestar es un concepto de las ciencias políticas y económicas con
el que se designa un modelo general del Estado y de la organización social,
según la cual el Estado como sistema, asume la responsabilidad del bienestar de
los ciudadanos, encargándose de proveer ciertos servicios o garantías sociales
a la totalidad de los habitantes de un país. Según Marshall, se trata de una combinación
especial de democracia, bienestar social y capitalismo.
El
problema surge cuando nos encontramos en períodos de crisis, como el actual,
por lo que estos servicios y garantías de los que nos provee el Estado se ven
reducidos por la recesión económica. Esta disminución del Estado del bienestar
viene dada por los recortes económicos que el Estado reparte a las comunidades
autónomas, la reducción de las prestaciones sociales y el descontento general
de la población. Ante la situación de reducir la financiación del Estado del
Bienestar, se nos plantea la disyuntiva entre continuar manteniendo dicho
sistema o elaborar alguna otra alternativa mejorada.
A
favor de este, nos encontramos las ventajas relacionadas con el Estado del
Bienestar. Los propios votantes en la mayoría de los países democráticos
favorecen la extensión gradual de la protección social, pues la mayoría de los
sistemas del bienestar se basan en patrones del intercambio generalizado,
fomentando de esta forma, el altruismo. Las medidas sociales llevadas a cabo
por el Estado previenen los posibles fallos de mercado. Podemos observar como
se trata del único modelo que ha demostrado en la práctica una capacidad de
desarrollo tanto en crecimiento económico como en cohesión social, necesarios
para garantizar el orden democrático y el buen funcionamiento de la sociedad.
En
contra de este, nos encontramos los inconvenientes que nos muestran la otra
cara del Estado del Bienestar. El capitalismo se convierte en la ley de la
jungla de este sistema, donde una parte de la sociedad, bajo unos lemas social
y políticamente correctos, vive a expensas del resto de la sociedad, estableciéndose
así más un oligopolio que una democracia. Mientras que por un lado se ensalza
la diversidad, por otro lado esta es reprimida, ya sea por la estandarización
de la educación (primaria, secundaria y superior) o por los medios de
comunicación masivos; lo cual convierte a la sociedad en una especie de “cadena
de montaje” de personas a imagen de los designios del Estado.
Es
por ello, por lo que algunos establecen que el Estado del Bienestar se trata de
una falacia, ya que si individualmente los ciudadanos no pueden permitirse un
determinado nivel de bienestar, no existen alicientes para que sí puedan
hacerlo de forma colectiva.
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