“'El
exceso de información en las personas genera el síndrome de la Infoxicación, el
cual está caracterizado por ansiedad y angustia ante la posibilidad de perder comunicación',
señaló el psicodramatista y terapeuta gestáltico argentino, Jorge Bucay”.
El
usuario de Internet dispone de una ingente cantidad de información plural y
gratuita, además de un gran número de respuestas a para todo tipo de cuestión
que este plantee, lo que por un lado, nos permite formar una opinión más global
y objetiva sobre dicha cuestión. Nos permite ser conocedores de todo lo que
sucede en el mundo, otorgándonos esa especie de “omnipresencia”.
Sin
embargo, debemos tener en cuenta que dichas repuestas parten de fuentes con
diferentes grados de fiabilidad y no son siempre fidedignas, hecho que nos
lleva a realizar una intensa labor de cotejación y búsqueda para asegurar que
dichas respuestas son veraces. Además, otros consideran que basarse en la
información que obtenemos de Internet, nos aporta una visión muy superficial y
a menudo subjetiva sobre un tema en concreto.
Por
no mencionar la preocupación surgida ante la relación entre disponer todas las
respuestas a nuestras cuestiones con un solo golpe de ratón y entre un aumento
de la falta de curiosidad, imaginación y atención de los usuarios de Internet.
No obstante, ya observamos un caso parecido con la llegada de la televisión, pues
se acusó a las nuevas generaciones de tener menos imaginación que las que se
habían formado únicamente con libros, los cuales a su vez, protegían nuestro
cerebro de las distracciones, haciendo que nuestra mente se enfocase en un tema
cada vez.
Resumiendo,
podríamos decir que a pesar de que disponer de todo tipo de conocimiento sea
bueno, los excesos nunca lo son. Por ello, debemos mantener la curiosidad y el
escepticismo despiertos, estableciendo nuestros objetivos de búsqueda y
clasificación de la información, buscando la verdad más allá de las respuestas
dadas por Internet, considerándolas como una herramienta, no como un dogma.
Debemos
elaborar nuestras propias respuestas nacidas de nuestro propio criterio.
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