lunes, 9 de abril de 2012

Impulsando el arte hacia el cambio

“La llegada de Carmelo Artiles al Cabildo en el año 1983 trajo consigo el rearme cultural de la capital grancanaria. Un político que se retrató con firmeza en la creación del Centro Atlántico de Arte Moderno”.

La noticia que procedemos a comentar trata sobre el tema del cambio cultural. El cambio cultural son los cambios a lo largo del tiempo de todos o algunos de los elementos culturales de una sociedad, que se producen por invenciones y descubrimientos y que se extienden mediante la difusión.


Las culturas están tan vivas como los seres humanos que las componen y, como en ellos, su continuidad no es estática, sino dinámica. Este cambio se produce por dos vías complementarias: por la evolución interna del grupo a medida que va ganado experiencia o va reaccionando a cambios en su entorno, y por influencia externa en el permanente intercambio con otros grupos culturales.

Incluso si nos sentimos fuertemente únicos a nuestra identidad cultural, ninguno de nosotros vive en su cultura como lo hacían sus abuelos. Las únicas culturas estáticas son las que ya han desaparecido o han quedado congeladas en los museos. Estos, son unos buenos elementos evidenciadores del cambio cultural, ya que en los museos podemos encontrar dichos retazos de un pasado, los cuales marcan una época o período de la historia de la humanidad.


No resultará fácil avanzar en el campo de las políticas culturales, debido a lo arduo de la búsqueda de nuevas institucionalidades que unifiquen las expectativas de los sectores interesados; por lo que no se habrán podido solucionar los problemas urgentes en materias artísticas y culturales en los que participa e interviene el Estado.

El problema fundamental del desarrollo para el progreso y cambio cultural, suele ser la falta de financiación. Hoy día, por ejemplo, financiar una investigación requiere de una fuerte inversión de capital. Es por ello por lo que en España, las investigaciones son tan lentas o inexistentes, ante la espera de la llegada de fondos; por lo que el gasto en I+D+i resulta irrisorio en comparación con el de otros países de la Unión Europea.

De esta forma, podríamos decir que estamos “hipotecando” el futuro de España en este ámbito, ya que la mayor parte de las innovaciones existentes en nuestro país son adquiridas a otros países, aumentando nuestra dependencia del exterior, a raíz de nuestra escasez de ideas en el campo de la investigación.



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