sábado, 7 de abril de 2012

El fordismo y el posfordismo

“El posfordismo, con sus secuelas de fragmentación empresarial y terciarización, coincide con la crisis de mediados de los años 70, la cual azota una estructura económica basada en el monocultivo industrial”.

El Fordismo es el modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford; fabricante de automóviles de Estados Unidos. Este sistema se caracterizó por una alta organización y especialización del trabajo a través de cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países cuyos mercados se hallaban en expansión.

Se podría decir que Ford materializó los planteamientos de Taylor, pero partiendo de un objetivo distinto. Mientras que el Taylorismo busca el perfeccionamiento del sistema de producción, a través de la optimización de procesos, esperando una mejora de los resultados económicos; el Fordismo busca maximizar los beneficios y encuentra como solución diseñar un sistema de producción basado en la estandarización y organización de procesos, que reduzca los costes y permita producir un gran volumen de oferta a bajo precio de venta.



El Posfordismo se caracteriza por el uso de las nuevas tecnologías de información, la clasificación del mercado según los tipos de consumidor, su mayor participación en el sector servicios, la aparición de la mujer en el mercado de trabajo, la globalización de los mercados financieros, etc. causando una modernización en el sistema de producción, la organización empresarial y la comercialización.

Tal como hemos visto, el Fordismo es un modelo basado en un sistema de producción en masa, es decir, un sistema de producción constante de grandes cantidades de producto exactamente iguales. Este hecho permite la reducción de costes durante el proceso, que a su vez hace que el producto pueda venderse a un precio muy bajo. De esta forma, el Fordismo orienta la oferta a un nuevo y numeroso sector del mercado: los trabajadores, consumidores en potencia. Por ello, es ideal para las economías desarrolladas que se encuentran en plena expansión, ya que produce una acumulación de stock de productos elaborados, dispuestos a la venta.



Hasta ahí todo son ventajas. Sin embargo, el Fordismo no tuvo en cuenta que la demanda es variable, debido a las crisis cíclicas del capitalismo y al desarrollo de los mercados; por lo que orientar la producción a la oferta, con la ya mencionada acumulación de stock, no fue una buena idea. La sobreproducción hizo que cayeran todos los mercados; una de las consecuencias de la crisis del 29. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario