El
Fordismo es el modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford;
fabricante de automóviles de Estados Unidos. Este sistema se caracterizó por una
alta organización y especialización del trabajo a través de cadenas de montaje,
maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de
trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en
la industria de numerosos países cuyos mercados se hallaban en expansión.
Se
podría decir que Ford materializó los planteamientos de Taylor, pero partiendo
de un objetivo distinto. Mientras que el Taylorismo busca el perfeccionamiento
del sistema de producción, a través de la optimización de procesos, esperando
una mejora de los resultados económicos; el Fordismo busca maximizar los
beneficios y encuentra como solución diseñar un sistema de producción basado en
la estandarización y organización de procesos, que reduzca los costes y permita
producir un gran volumen de oferta a bajo precio de venta.
El
Posfordismo se caracteriza por el uso de las nuevas tecnologías de información,
la clasificación del mercado según los tipos de consumidor, su mayor
participación en el sector servicios, la aparición de la mujer en el mercado de
trabajo, la globalización de los mercados financieros, etc. causando una
modernización en el sistema de producción, la organización empresarial y la
comercialización.
Tal
como hemos visto, el Fordismo es un modelo basado en un sistema de producción
en masa, es decir, un sistema de producción constante de grandes cantidades de
producto exactamente iguales. Este hecho permite la reducción de costes durante
el proceso, que a su vez hace que el producto pueda venderse a un precio muy
bajo. De esta forma, el Fordismo orienta la oferta a un nuevo y numeroso sector
del mercado: los trabajadores, consumidores en potencia. Por ello, es ideal
para las economías desarrolladas que se encuentran en plena expansión, ya que
produce una acumulación de stock de productos elaborados, dispuestos a la
venta.
Hasta
ahí todo son ventajas. Sin embargo, el Fordismo no tuvo en cuenta que la
demanda es variable, debido a las crisis cíclicas del capitalismo y al desarrollo
de los mercados; por lo que orientar la producción a la oferta, con la ya
mencionada acumulación de stock, no fue una buena idea. La sobreproducción hizo
que cayeran todos los mercados; una de las consecuencias de la crisis del 29.
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